martes, 6 de junio de 2017

Un pequeño mundo dentro de nosotros.

Por Pablo Iturbe Sanz

Nuestros intestinos no están vacíos nunca, aunque algunas veces lo parezca por los gruñidos que salen de nuestra tripa pidiendo algo de comida que digerir. Dentro de ellos existe un pequeño ecosistema, que alberga unos 100 billones de bacterias que componen la denominada microbiota intestinal. Pero esto no debe alarmarnos en absoluto. Estas bacterias no están en nuestro intestino de “okupas”… Al contrario, juegan un importante papel en el mantenimiento de nuestra salud. Muchos investigadores se han atrevido a postular que la microbiota podría ser considerada como un órgano más de nuestro cuerpo. Se calcula que existen más de 1.000 tipos diferentes de bacterias en nuestro tracto intestinal y que pueden llegar a representar 1,5 Kg de nuestro peso corporal (si pensamos en lo pequeña que es una bacteria, nos damos cuenta de la cantidad de éstas que componen la microbiota).




Esta poblacion de bacterias crece y cambia de forma similar a como nosotros lo hacemos. Al nacer somos totalmente estériles, pero inmediatamente nuestro colon es poblado por bacterias que provienen de la microbiota vaginal de nuestra madre. Además, al amamantarnos nos transfiere lactobacilos y bifidobacilos. A medida que nos desarrollamos, vamos aumentando y diversificando esta microbiota intestinal a partir de alimentos que ingerimos o de la exposición al ambiente. Por ello, los pediatras dicen que es importante que un niño interaccione con el mundo que le rodea y no viva aislado.
La microbiota intestinal tiene una gran repercusión en nuestra salud y cumple diversas funciones. Entre las más importantes podemos destacar la recuperación de nutrientes que no han podido ser absorbidos por nuestro intestino y la defensa hacia agentes patógenos externos, ya sean virus o bacterias. En los ultimos años se ha investigado en qué otros aspectos nos puede afectar la microbiota.
En el hospital Virgen del Rocío de Sevilla se está realizando un estudio en niños con artritis idiopática, una enfermedad con base inmune que se caracteriza por brotes de inflamación articular. Esta enfermedad aparece por causas aún desconocidas en menores de 16 años. Algunos de los investigadores de este hospital han visto que los niños que padecen esta enfermedad tienen una microbiota intestinal diferente a la de los niños sanos, por lo que ésta podría tener alguna relación con la dolencia (http://www.europapress.es). También se han realizado estudios sobre qué alimentos pueden ser más benficiosos para nuestros pequeños inquilinos intestinales. Según un estudio realizado en la Universidad de Lovaina (Bélgica), alimentos como los azúcares y grasas animales pueden ser perjudiciales. En cambio, alimentos de un origen vegetal, como el chocolate negro o el vino, pueden ser beneficiosos en cantidades moderadas (http://www.lavanguardia.com/ciencia).
Así pues, la microbiota intestinal juega un importante papel en nuestra salud, y por tanto, debemos cuidarla como lo hacemos con nosotros mismos… porque al final es una parte esencial de nuestro organismo.

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