lunes, 5 de junio de 2017

Cacao sí; chocolate no tanto.

Por Elena Rosa Núñez

Aunque es fácil relacionar el chocolate con el acné, la caries o la obesidad, lo cierto es que nada de esto está demostrado hoy en día, al menos para consumos moderados. Lo que sí se sabe es que puede ser saludable, como bien sabían ya los antiguos mayas, que utilizaban el cacao para curar heridas y como condimento en las comidas. Y es que lo que es realmente bueno es el cacao y no cualquier chocolate. Cuando llegó el cacao a España desde América, de la mano de Colón, no causó una buena impresión por su sabor amargo. Por ello los jesuitas le añadieron azúcar, vainilla y canela. Con ello comenzó la evolución hacia el chocolate del que muchos hoy en día están enamorados. Así, ha ido pasando el tiempo y se ha transformado en tableta, se ha hecho cremoso… y, lo que en principio estaba reservado para los privilegiados por su alto precio, ahora es accesible para todos.


De esta forma, tras diversos procesos, es fácil encontrar en el mercado muchos tipos de chocolate. Entre ellos destaca el chocolate negro por ser el más puro. No tiene leche y su contenido en pasta de cacao debe ser superior al 50%. Sin embargo, éste no es el chocolate que más gusta a los golosos, decantándose éstos por el chocolate con leche, el más consumido y con un contenido de cacao alrededor del 30-35%; o el chocolate blanco, que no puede considerarse ni siquiera chocolate por no llevar cacao, sino únicamente manteca, leche y azúcar.
El secreto de que el chocolate sea saludable, únicamente si lleva cacao y en una cantidad considerable, son los flavonoles, unos antioxidantes naturales que también se encuentran en el vino, la soja o la manzana. Estos compuestos contribuyen a enlentecer el envejecimiento y prevenir enfermedades como las cardiovasculares o la hipertensión. Sin embargo, aunque los podemos encontrar en muchos otros productos, destacando los alimentos vegetales, ninguno de ellos contiene tantos flavonoles como el cacao. El principal problema es que no consumimos normalmente cacao, sino chocolate con un bajo porcentaje de éste. Por ello, lo ideal es tomar una onza de chocolate negro al día.
Más allá de que el chocolate no contenga la cantidad suficiente de cacao, otro gran problema son los derivados del chocolate, que llevan poco chocolate y menos cacao aún. Comiendo todas las galletas y pasteles que se nos presentan de mil maneras distintas lo que consumimos es una gran cantidad de grasa y azúcar, pero una cantidad ínfima de los beneficiosos flavonoles. 


Por eso, cuando vayas al supermercado, intenta comprar, aun cuando se te haga la boca agua viendo la infinidad de chocolates que se te presentan, uno cuyo contenido en cacao sea superior al menos al 60%. 

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