jueves, 27 de julio de 2017

¡No subestimes a la diarrea!

Por Elena Rosa Núñez

A veces solamente tememos a aquellas enfermedades grandilocuentes, como el cáncer, la enfermedad de Alzheimer o la de Parkinson. Y, por ello, dejamos olvidadas a muchas otras, por cotidianas y comprensibles para todos. Éste es el caso de una enfermedad con la que todos hemos estado familiarizados de un modo u otro: la diarrea. Pero, ¿sabías que casi un millón de niños menores de cinco años muere cada año debido a las diarreas?
Aunque pueda parecerte sorprendente, ya que cuando nosotros la hemos sufrido de pequeños ha sido casi siempre un hecho anecdótico, la diarrea es la segunda causa más importante de mortalidad infantil, únicamente precedida por la neumonía. Esta infección gastrointestinal no se encuentra restringida a los países más pobres, como los de África o Latinoamérica. Lo que sí es cierto es que en éstos se presenta con mayor frecuencia y es más grave, por las condiciones insalubres y la falta de recursos. Así, la diarrea también la encontramos en países más desarrollados, como el nuestro, provocando también una elevada tasa de absentismo laboral. Ésta última diarrea es causada principalmente por intoxicaciones alimentarias (Salmonella, por ejemplo). Y también nos afectan las conocidas diarreas de viajeros.


La diarrea del viajero produce 10 millones de casos al año y es causada, en la mayor parte de las ocasiones, por Escherichia coli, una bacteria que pertenece a la microbiota “sana”. Aunque normalmente no es patogénica, existen seis subtipos de esta bacteria que “se han pasado al lado oscuro” y sí producen la desastrosa diarrea. Dentro de estos seis tipos, el más común, pero no por ello el más grave, es E. coli enterotoxigénica (ETEC).


Esta bacteria se pega a las células de nuestro intestino, modificando su superficie y formando su propio pedestal. De esta forma no es expulsada del organismo, y puede dividirse y formar microcolonias. Su crecimiento hace desaparecer las microvellosidades intestinales y no permite la absorción de alimentos. La diarrea del viajero se produce, normalmente, tras ingerir comida o agua contaminada con restos fecales cuando se viaja a países en vías de desarrollo. Por el contrario, este agua o comida no causa grandes problemas en la población local, ya que han desarrollado inmunidad ante estos patógenos por la continuada exposición a ellos. Nuestro sistema inmune, sin embargo, al encontrarse por primera vez con estos nuevos patógenos, no es capaz de hacerles frente y se produce la fatídica diarrea. No solamente se produce al viajar a países menos desarrollados, sino también, aunque con menos frecuencia, cuando simplemente viajamos fuera de nuestra ciudad y nos encontramos un agua diferente, impregnada con unos patógenos parecidos, pero no idénticos a los que estamos acostumbrados.

Por eso, si viajas a otro país en el que no haya un control tan riguroso en la calidad del agua, intenta beber únicamente agua embotellada y evita los puestos de comida callejera. Recuerda: tu sistema inmunológico no se encuentra familiarizado con los nuevos patógenos de tu destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario