Por Pablo Iturbe Sanz
¿Quién
no ha visto alguna vez los dibujos animados de aquel valiente marinero llamado
Popeye? Nos puede pillar un poco más lejos por la edad (ya seamos más jóvenes o
más mayores), pero seguro que a todos nos suena de dónde sacaba su prodigiosa
fuerza este peculiar personaje: de las espinacas. Pues bien, científicos de la Universidad
de Wisconsin-Madison y de la Universidad del Estado de Arkansas (Estados
Unidos) se han tomado muy en serio este poder de las espinacas. Han conseguido
convertir hojas de esta planta en un tejido muy similar al tejido cardiaco
(¡incluso han conseguido que lata!).
En
la actualidad, la demanda de órganos y tejidos para trasplantes es muy superior
a la disponibilidad de estos. Hay más de 100.000 pacientes en la lista para
trasplantes en Estados Unidos (y 4.500 en España). Se calcula que 22 de estas
personas mueren al día por no haber recibido un órgano. Uno de los campos en
medicina que ha experimentado un mayor desarrollo para poder cubrir este
problema ha sido la ingeniería de tejidos. Gracias a ella se han conseguido
crear en el laboratorio prototipos de órganos, que pueden ser funcionales en
pacientes que necesitan un trasplante. Aun así, estos avances todavía no se han
podido llevar a cabo a un nivel clínico. Todavía no se ha conseguido crear una
red vascular artificial para poder nutrir y dar oxígeno a las células que
forman este órgano artificial. Solamente se han conseguido crear órganos muy
simples y pequeños (como es el caso de la oreja creada a partir de tejido
animal por científicos del Hospital de Massachusetts: http://www.bbc.com/mundo/noticias).
Pero gracias al avance conseguido con las hojas de espinaca este problema puede
ser superado.
El
sistema vascular en los mamíferos se caracteriza por estar compuesto por una
complicada red de “tuberías”, que se encargan de llevar los nutrientes y el oxígeno
a todas las células del cuerpo. Está compuesto por venas, vénulas, arterias,
arteriolas y capilares. Las plantas también tienen un sistema vascular para
transportar nutrientes, que se compone de floema y xilema. Como ya se ha
mencionado, el sistema vascular humano es muy difícil de reproducir, pero estos
investigadores creen que han dado con la solución. Han observado que los
sistemas vasculares de plantas y mamíferos tienen grandes similitudes. Aprovechándose
de esto han creado un sistema vascular sencillo con las hojas de espinaca. Para
ello, lo primero que hicieron fue eliminar todas las células de la hoja con un
potente detergente. Así, se quedaron solo con una estructura translúcida que
está compuesta de celulosa (que no produce rechazo en los humanos).
Después
cultivaron células musculares cardiacas en su interior y comprobaron que éstas
eran capaces de latir y sobrevivir hasta tres semanas. Para comprobar si la
circulación de glóbulos rojos por el interior de estos conductos era viable,
diseñaron unas microesferas que los emulaban. Y, efectivamente, fueron capaces
de fluir por la estructura de celulosa.
El
siguiente paso es comprobar que estas estructuras pueden ser utilizadas en trasplantes
y que no producen ningún rechazo por parte del paciente. Aun así, con estos prometedores
resultados, los investigadores son muy optimistas. Ya se han empezado a
estudiar otras posibilidades para obtener diferentes tejidos (como por ejemplo
el brócoli, para emular el tejido esponjoso pulmonar). Así, parece ser que las
plantas nos ofrecen algo más que alimento, bienestar y una fuente de oxígeno… ¡puede
que lleguen a salvar la vida a números pacientes!
Entrada basada en este artículo y vídeo explicativo.
Sorprendente lo que se puede llegar a hacer con la verdura. Cuidemos la naturaleza porque en ella está nuestra salvación. Muy bien explicado!!!!
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