jueves, 25 de mayo de 2017

Más vale prevenir que curar.

Por Natalia Cuervo Iturrioz

El título de esta entrada es uno de los refranes más conocidos que, casualmente, viene perfecto para hablar de las vacunas.
Una vacuna es un medicamento preventivo que evita que una infección conlleve el desarrollo de una enfermedad. Algunas personas tienen miedo a vacunarse porque el principal ingrediente de su composición es el microorganismo, atenuado o muerto, o partes del mismo, pero el microorganismo en sí. Muchos creen que no son necesarias las vacunas, que podemos tener una vida sana sin ellas  pero, ¿es eso cierto? Continuamente estamos expuestos a posibles causantes de enfermedades infecciosas que entran en nuestro cuerpo y que son combatidos por nuestro Sistema Inmunitario pero, ¿es siempre nuestra inmunidad tan fuerte como para poder acabar con cualquier infección? ¿No necesita ninguna ayuda que la refuerce? Para eso están las vacunas, ya que a veces nuestra inmunidad no es capaz combatir las peores agresiones con suficiente rapidez. Cuando nos vacunamos contra alguna enfermedad, estamos introduciendo el agente infectivo en nuestro cuerpo que va a ser reconocido por nuestro Sistema Inmunitario. Como está “modificado”, no causará la infección propiamente dicha, sino que activará a los distintos soldados de nuestro ejército inmunitario para que lo reconozcan, lo destruyan y desarrollen memoria inmunológica. Esta memoria permitirá reforzar al Sistema Inmunitario de tal manera que, en siguientes exposiciones al microorganismo, sepamos cómo defendernos y evitemos la progresión de la enfermedad. Las vacunas se usan para ahorrarnos tener que padecer los síntomas de una dolencia ya que exponemos previamente a nuestro organismo a una forma inocua de la misma.
Otro aspecto importante de las vacunas, es que también pueden proteger frente al cáncer, ya que uno de cada seis tumores está causado por una infección. Por lo que no solo estás ayudando a tu organismo a ser más fuerte y no pasar por una enfermedad, sino que además puedes estás evitando la aparición de un cáncer causado por un agente infeccioso.


Es por esto que la vacunación es un asunto muy importante y que hay que seguir a rajatabla el calendario vacunal para mejorar nuestra calidad de vida. Aunque tengamos miedo a los pinchazos, aunque creamos que no son necesarias, aunque pensemos que no nos va a tocar a nosotros, puede pasar y nunca está de más prevenir antes que tener que curar. 

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