Por Natalia Cuervo Iturrioz
El título de esta entrada es uno de los refranes más conocidos que, casualmente, viene perfecto para hablar de las vacunas.
Una vacuna es un medicamento preventivo que evita que una
infección conlleve el desarrollo de una enfermedad. Algunas personas tienen
miedo a vacunarse porque el principal ingrediente de su composición es el
microorganismo, atenuado o muerto, o partes del mismo, pero el microorganismo
en sí. Muchos creen que no son necesarias las vacunas, que podemos tener una
vida sana sin ellas pero, ¿es eso
cierto? Continuamente estamos expuestos a posibles causantes de enfermedades infecciosas
que entran en nuestro cuerpo y que son combatidos por nuestro Sistema Inmunitario
pero, ¿es siempre nuestra inmunidad tan fuerte como para poder acabar con
cualquier infección? ¿No necesita ninguna ayuda que la refuerce? Para eso están
las vacunas, ya que a veces nuestra inmunidad no es capaz combatir las peores
agresiones con suficiente rapidez. Cuando nos vacunamos contra alguna
enfermedad, estamos introduciendo el agente infectivo en nuestro cuerpo que va
a ser reconocido por nuestro Sistema Inmunitario. Como está “modificado”, no
causará la infección propiamente dicha, sino que activará a los distintos
soldados de nuestro ejército inmunitario para que lo reconozcan, lo destruyan y
desarrollen memoria inmunológica. Esta memoria permitirá reforzar al Sistema
Inmunitario de tal manera que, en siguientes exposiciones al microorganismo, sepamos
cómo defendernos y evitemos la progresión de la enfermedad. Las vacunas se usan
para ahorrarnos tener que padecer los síntomas de una dolencia ya que exponemos
previamente a nuestro organismo a una forma inocua de la misma.
Otro aspecto importante de las vacunas, es que también pueden
proteger frente al cáncer, ya que uno de cada seis tumores está causado por una
infección. Por lo que no solo estás ayudando a tu organismo a ser más fuerte y
no pasar por una enfermedad, sino que además puedes estás evitando la aparición
de un cáncer causado por un agente infeccioso.
Es por esto que la
vacunación es un asunto muy importante y que hay que seguir a rajatabla el
calendario vacunal para mejorar nuestra calidad de vida. Aunque tengamos miedo
a los pinchazos, aunque creamos que no son necesarias, aunque pensemos que no
nos va a tocar a nosotros, puede pasar y nunca está de más prevenir antes que
tener que curar.
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