miércoles, 16 de agosto de 2017

La metástasis del cáncer.

Por Natalia Cuervo Iturrioz

Una de las principales causas de muerte en nuestra sociedad es el cáncer, con el que llevamos peleándonos desde la época griega. Como muchos sabéis, esta enfermedad consiste en la transformación de una célula sana en una tumoral por la pérdida de control sobre sí misma, llegando a descontrolarse hasta el punto de generar un tumor. Cuando esas células escapan del lugar donde se originaron por las arterias o por el sistema linfático, colonizando una nueva zona del organismo, tendremos una metástasis. Para ello, las células tumorales se infiltran por la vasculatura, migrando hacia determinados órganos donde encuentran un buen sitio para vivir, según la teoría conocida como “seed and soil”. En realidad, solo un 0,1% de los cánceres diagnosticados evolucionan hacia la metástasis, pero, ese 0,1% es el que hace que la enfermedad se haga aún más peligrosa y mortal. ¿Podemos evitarlo? ¿Hay alguna manera de poner barreras para que las células tumorales no escapen y viajen hasta colonizar otros órganos y tejidos?


Predecir y actuar, son dos palabras clave en las que debemos basarnos para intentar convertir los posibles destinos de metástasis en algo no habitable, y así retrasar la progresión del cáncer. Una posible estrategia es mediante una combinación, atendiendo a las características propias del tumor en concreto, de la terapia sistémica y la terapia personalizada. Con esta última se persigue atacar a las células tumorales de una forma más dirigida  y personalizada, utilizando además la quimioterapia o la radioterapia como terapia sistémica que, por el contrario, afecta no solo a las células tumorales sino a las sanas. Otra opción es la inmunoterapia, basada en la utilización de nuestro propio sistema inmunitario, reactivado, para atacar las células tumorales. De esta forma se pueden evitar aquellos mecanismos que habían hecho posible que la célula tumoral pasara desapercibida para el sistema inmunitario. Además, se están desarrollando nuevas técnicas para conseguir una detección temprana de la enfermedad y así tratarla en etapas iniciales, evitando su evolución hacia la metástasis. Entre dichas técnicas están las biopsias líquidas, que con una simple muestra de saliva o sangre nos indicaría la presencia de tumores; o la mejora de los sistemas de imágenes o el cribaje genético, que nos puede ayudar a predecir la posible aparición de un tumor por presencia del mismo en generaciones previas. También es primordial llevar una vida sana que reduzca la posibilidad de aparición de la enfermedad; por ejemplo, el ejercicio regular hace disminuir en un 71% el riesgo de padecer cáncer.

Es importante apoyar la investigación y el desarrollo de estas nuevas terapias personalizadas para aumentar la esperanza de vida de todas aquellas personas que, por desgracia, padecen esta temible enfermedad y conseguir así un tratamiento que sea capaz de acabar con cualquier tipo de cáncer con total eficacia. ¡Vamos a empezar a combatir el cáncer poniendo nuestro granito de arena colaborando en cuanto podamos con la investigación! ¡Apoya la campaña contra el cáncer!

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