Por Adrián Merino Salomón
El lenguaje, la
capacidad para comunicarse con palabras, es una de las características que más
nos distingue de nuestros parientes más cercanos, chimpancés y bononos. Sin
embargo, es muy probable que no solo nosotros, los humanos, adquiriéramos esta capacidad.
Esclarecer
el origen del lenguaje es una de las incógnitas científicas que mayor interés suscita
debido a las implicaciones que posee en nuestro desarrollo como sociedad.
Conocer con exactitud si los Neandertales (nuestros antepasados extintos más
cercanos) tenían la capacidad del habla igual a la nuestra sería un
descubrimiento importantísimo. Hasta ahora no se ha llegado a un consenso
claro.
Probablemente tenían una capacidad de lenguaje
hablado muy similar a la nuestra.
La
comunicación mediante el lenguaje depende tanto del emisor, como de un receptor
que sea capaz de escuchar el mensaje y descifrarlo correctamente. El oído de un
animal está desarrollado y optimizado para escuchar con claridad las
frecuencias de sonidos que le interesan para sobrevivir y relacionarse. Por
ejemplo, no tendría sentido que animales acuáticos pudieran escuchar claramente
sonidos en jungla y no escuchar nada debajo del agua; tampoco el que cualquier
animal no pudiera oír a sus semejantes o a sus depredadores.
Para
el caso de los neandertales, hasta ahora, se había intentado esclarecer si eran
capaces de construir o de comprender un lenguaje complejo, pero no se había
estudiado la capacidad de esta especie de escuchar el propio lenguaje. Con
dicho fin, se ha realizado un estudio utilizando los fósiles de neandertales en Atapuerca, en el que se ha podido determinar
que los neandertales tenían el oído parecido al nuestro y, a su vez, muy
diferente del de los primates. En líneas generales, los primates escuchan a
unas frecuencias optimizadas para sonidos lejanos debido a su naturaleza
forestal; en cambio, nosotros oímos unas frecuencias que nos permiten escuchar
sonidos característicos de nuestra habla. Según estos estudios, la evolución en
nuestros antepasados ha ido modificando progresivamente el oído de manera que
las frecuencias audibles se han adaptado a unas frecuencias características del
habla, permitiendo el entendimiento y el desarrollo de un lenguaje complejo.
En definitiva,
los Neandertales poseían un oído muy parecido al nuestro, así como las
capacidades cerebrales necesarias para poder desarrollar un lenguaje complejo. Por tanto, es muy probable que pudieran
hablar igual que nosotros y que tuvieran un lenguaje relativamente complejo y
propio.
Basado en la charla impartida por el Dr. Ignacio Martínez Mendizábal en JamScience.
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