Por I. R. Pardo
“El tiempo también pasa en
tus células”
La
multinacional Google ha lanzado una
campaña de financiación millonaria para
buscar formas de combatir el envejecimiento
¿Se puede alcanzar la
inmortalidad? ¿Existe ese concepto a nivel biológico? ¿Qué papel juegan los
telómeros? Para ello vamos a explicar primero lo que son los telómeros – ¡qué
palabreja! –. Visualizad un acantilado, golpeado
incesantemente por las olas y aguantando como un machote. Sin embargo, finalmente,
el tiempo acaba ganando la batalla y las rocas del acantilado caen sobre el
mar. Así son nuestros telómeros, ¡estructuras moleculares siendo azotadas por
el paso del tiempo y aguantando como unos campeones! Pero, antes de conocer
cómo se degradan estos telómeros vamos a ver qué son exactamente.
Los telómeros forman parte de los cromosomas que contienen
nuestro ADN en el núcleo de las células. De hecho, su función es
¡Proteger el ADN! Pero, ¿por qué hay que proteger al ADN? El ADN es la huella
de identidad de la célula y del organismo; algo así como el DNI de cada uno. Contiene
todos los genes de cada ser vivo; es decir, toda la información (todas las instrucciones)
de cómo estamos hechos.
Para imaginarlo mejor, a
nivel estructural, los cromosomas son los cordones de los zapatos, es decir,
son hebras unidas entre sí, donde cada cromosoma es un cordón distinto. Sin
embargo, ¿alguna vez os habéis fijado en el plástico protector en el extremo de
los cordones? Da igual cómo te ates los cordones, que gracias a ese
<<plastiquito>> siempre vas a encontrar el final del cordón y este
cordón no se deshilachará. Así son precisamente los telómeros: son estructuras
en los extremos de los cromosomas para evitar que la molécula de ADN se abra y
se rompa. Además, también podría suceder que dos cromosomas se pegasen el uno
al otro, como si te atas los cordones entre dos zapatos; ¿entonces cómo caminas?
Estaréis pensando, ¿qué
tiene que ver todo este rollo con la inmortalidad? Resulta que cada vez que la
célula se divide los telómeros se acortan. Entonces, al igual que con el
acantilado, o los cordones de los zapatos, es solo cuestión de tiempo que los
cromosomas se queden sin protección. ¿Y no hay manera de cambiar ese destino? Existe
una proteína llamada <<telomerasa>>
cuya función es volver a alargar estos telómeros y así evitar que la célula
colapse. Sin embargo, por un lado, las células se dividen más rápido de lo que
puede actuar la telomerasa; y por otro lado, la telomerasa también se hace
<<mayor>>, y con el tiempo funciona peor.
Imagen tomada de Cultivandolafelicidad.blogspot.com
¿Pero y si ayudásemos a esta
telomerasa? Precisamente, aquí reside el concepto de inmortalidad en la biología,
en la capacidad de las células de vivir y dividirse indefinidamente… ¿os suena
de alguna enfermedad? ¡Exacto!:
el cáncer. El cáncer se caracteriza por una aparición de masa de células en
continua división porque, de una forma u otra, han conseguido reactivar la
telomerasa –entre otras cosas –y ahora no hay quien las pare. Para ponernos en
situación, si hay una actividad elevada de la telomerasa, aumenta el riesgo de
aparición de tumores.
Beber agua no solo es
bueno, sino que necesario. Sin embargo, ¿sabíais que uno podría morir si
bebiese mucha, mucha agua? Aquí está la clave del misterio: En la dosis está el
éxito. Recientemente, un
grupo español ha descubierto que si la telomerasa se activa de manera
transitoria, no solamente se incrementa la esperanza de vida en ratones y otros
organismos, sino que se reduce el riesgo de aparición de tumores. Pensaréis que
es contradictorio con lo dicho anteriormente, por eso vamos a pensarlo de otra
manera. Tenemos dos poblaciones de células: las <<buenas>> o
no-tumorales que se están volviendo viejas; y las tumorales que están deseando
ocupar el lugar de las <<buenas>>. Ambas poblaciones están
compitiendo por el mismo lugar o nicho dentro del cuerpo. Sin embargo, ¿y si
les diéramos un poco de telomerasa a las células <<buenas>>?
Efectivamente, ¡resistirían más esta competición!
De izquierda a derecha: Una célula joven y sana tiene
telómeros largos (1er cuadrante)
que con el tiempo se acortan (2o
cuadrante) hasta que la célula sin telómeros muere
(3er cuadrante).
Sin embargo, una célula inmortal, tiene la telomerasa muy activa y
vive
indefinidamente (4o cuadrante). Tomada de Frenoaltiempo.com
En
definitiva, la telomerasa es una enzima muy poderosa e importante en la célula,
cuya función principal es evitar que se degraden los cromosomas. Sin embargo,
juega además un papel esencial en la progresión tumoral y el envejecimiento. Por
tanto, encontrar una manera de regularla puede acercarnos un poco más a la
lucha contra el cáncer y contra el envejecimiento.
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