Por Diego García
“Por primera vez en la
historia de la ciencia,
caminamos con nuestro libro de instrucciones en la
mano”. - Francis Collins
¿Cuántos
idiomas hablas tú? ¿Y cuántos se “hablan” en tus células? ¿Sabías que hay “traductores
celulares”?
Resulta
que en nuestro cuerpo hay infinidad de intercambios de información a niveles
muy, pero que muy distintos. Y muchos de ellos se realizan en idiomas diferentes,
por lo que se necesitan traductores celulares. Vamos a irnos a la escala del
ADN, de nuestro ADN. En él está codificada, en forma de secuencias de cuatro
letras (A, C, G y T), la información necesaria para construir casi todos los
tipos de proteínas que existen en nuestras células. El ADN es el libro de instrucciones más preciado de
nuestras células y, como tal, deben preservarlo y compartirlo con su
descendencia celular. ¿Cómo lo hacen?
Cuando
una célula va a dividirse en dos, unas proteínas llamadas ADN polimerasas copian las dos cadenas de ADN enteritas y revisan
que lo que han copiado esté bien. Es parecido a cuando estamos leyendo un libro
y copiamos una frase que nos ha gustado, si no fuera porque las ADN polimerasas
son capaces de copiar el libro entero… En cualquier caso, copian todo el ADN,
obteniendo dos ADNs idénticos y éstos se reparten equitativamente entre las dos
células hijas que se forman a partir de la célula madre.
Por
otro lado, la célula para sus funciones, incluida la duplicación, necesita
fabricar proteínas. Pero en la célula no se producen proteínas a partir de ADN
directamente. El ADN debe convertirse en ARN. Sin embargo, las ADN polimerasas
no pueden fabricar ARN porque no “hablan” el ARN, se requiere un traductor: las
ARN polimerasas.
Las
ARN polimerasas copian solo una de las dos cadenas de ADN y la transcriben a ARN. El ADN y el ARN son
diferentes químicamente; además, el ARN en lugar de “escribirse” con A, C, G y T se escribe con A, C, G y U. Mientras que las ADN polimerasas
copian un libro tal cual, las ARN polimerasas copian una frase en concreto (un
gen) y cambian todas las Ts de esas
frase por Us. Son bilingües porque
leen el ADN y lo transcriben a ARN y, encima, comprueban el ARN para evitar
introducir errores.
El
ARN sale del núcleo y es leído por los ribosomas,
que se les conoce como “fábricas de proteínas”. Ellos traducen el ARN leyéndolo de tres en tres letras y son capaces de
generar secuencias de aminoácidos, que forman nuestras proteínas. La traducción
de ARN a aminoácidos está estrictamente regulada por el código genético.
La
existencia de distintos “idiomas moleculares” es crucial para el mantenimiento y
el buen funcionamiento de nuestras células, siempre y cuando actúen los
traductores correspondientes. Tu cuerpo, además, habla otros idiomas, entre
proteínas, entre células, órganos y tejidos. ¡Cuántos idiomas “hablas” sin
saberlo!
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